martes, 4 de marzo de 2008

Tales de Mileto


El pensamiento filosófico occidental empezó en Mileto, una Pólis en la región Jónica (actual Turquía). Hubo un griego que se preguntó por el Arché, el principio de todas las cosas. Ahora bien, hay que tener en cuenta que para los griegos el tiempo era cíclico, se repetía, así como se repiten el verano y el invierno, la muerte puede ser sólo momentánea y la reencarnación puede ser posible. Pero el cosmos (universo ordenado), la vida y la muerte, (es decir, TODO), debe suceder por algo. Debe existir algo que hace que todo se mueva. Tales llegó a la conclusión de que ese algo era el agua.

Tal vez esto no sea noticia para muchos, este dato es muy conocido, pero si no saben por qué Tales dijo que el arché era el agua y cuáles son las consecuencias de haber postulado algo así, entonces de nada sirve. Tales sabía que el agua a una temperatura fría se congelaba y se endurecía. A un gran calor el agua se volvía vapor, gas. El aire es gas, la roca es sólida, el mercurio es líquido; el estado de los elementos es visible y representado en los estados del agua. Es lógico suponer que el agua es el Arché. El cosmos es agua y la tierra no es más que un pedazo de madera flotando en la inmensidad del agua.

Ahora bien, si el agua es el principio de todo, es que también es principio de los dioses, puestos que estos han nacido y algunos han muerto. los dioses también están compuestos de agua. Y nosotros también. Es decir, compartimos la misma esencia que los dioses. Todo comparte la misma esencia.

Este es el primer postulado filosófico de occidente (para muchos es el primero de la humanidad), y por este postulado se creó la filosofía.
 
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